miércoles, noviembre 28, 2007

Mientras escucho un poco de jazz...

Estoy cansada.
Han pasado tantos días y tantas cosas han sucedido en ellos que algunas ya han volado de mi cabeza para irse a un mejor lugar: el olvido.
Tengo la fortuna de tener a mi lado al hombre más maravilloso, que me apoya en las buenas y en las malas... los cambios continúan en el periódico y yo cada vez me canso más, luego de un día agitado, de correr de un extremo a otro de la ciudad, Esteban sólo toma mi mano y me observa cómo me recuesto en el asiento con los enormes lentes cafés que me compró mientras intentábamos pasar desaparcibidos en Tepito.
He dejado muchas cosas importantes de lado... ya no quiero. Me he centrado en asuntos del trabajo y no hay día que no repita: "ya no quiero trabajar". Estoy cansada.
Ayer por la noche, mientras unos comerciantes esperaban una respuesta positiva del delegado en Benito Juárez, decenas de ellos se acercaron a nosotros para agradecernos el haber publicado su situación.
La semana pasada, al término de una entrevista de banqueta con un especialista urbano, éste se despide de todos y pregunta nuestros nombres; al decir el mío completó con mi apellido. Me sorprendí y me dijo: sí te he leído, me gusta mucho cómo escribes. Se siente rebonito todo esto, el darte cuenta que lo que escribes sirve de algo y para algo.
Quisiera unos días de descanso, después de lo del hospital me ha dado gripe y he tenido que trabajar así, bajo el sol y cansada. Ansío enormemente el día en que pueda dormir todo el día sólo abrazada de mi chiquito hermoso... me siento libre, me siento yo, me siento contenta, me siento plena, me siento feliz!
Y eso me recuerda a un mensajito que me envío hace unos días que dice: "Amor, ya estoy en casa. Te amo y te extraño un chorro aun cuando nos pasemos todo el día juntos... anhelo el día que a partir de entonces seamos esposos y nunca nos separemos".

No hay comentarios.: