sábado, abril 28, 2012

Hoy decidí abrir una carpeta clasificada como "TOP SECRET", no sé qué intentaba buscar, incluso ahora que termino de leer el único correo que tiene, no le encuentro sentido.

Por momentos me desconozco y pienso en dónde está esa Ivonne a la que tanto le gustaba escribir y no le importaba la hora ni el cansancio; se quedó detrás de un cúmulo de sonrisas y preocupaciones, juegos y comidas para la niña más hermosa del mundo... pero entonces vuelve la pregunta otra vez a mi cabeza; dónde está esa Ivonne?

Quien la encuentre por favor que pase al área del servicio al cliente. Gracias.

viernes, septiembre 02, 2011

Amor y paciencia

"Déjame, que me mate", fueron las palabras de una niña no mayor a 13 años con quien me topé hoy por la tarde. A su lado, su mamá le pedía que por favor se moviera, pues el coche que tenía enfrente le rozaba sus rodillas.

Ignoro qué pudo ocasionarle un dolor para que quisiera que la atropellaran, pero me sorprendió ver algo así; no porque no pueda manejarlo, sino porque empujaba una carreola.

Con mi miedo por la cultura del enojo en este país, donde por cualquier cosa hasta niños más pequeños que ella sacan una pistola y matan a cualquiera, decidí seguir mi camino. Pero alcancé a escuchar las súplicas de la madre y los gritos de la pequeña. Ésta le pedía el celular a su mamá, quien le decía "todos te están viendo, por favor, muévete".

La conductora del jeep negro; otra adolescente, un poco mayor que ella, aproximadamente de 16 años, sin gestos ni muecas sólo la miraba. Y no, en su necedad decidió tampoco moverse.

Aun cuando los minutos corrían deprisa, entre el inicio de la discusión y el final, parecían eternos.

La madre, una señora de complexión redonda, baja de estatura y tez morena, seguía a la muchacha cuando finalmente decidió moverse. Y sí, fueron a parar justo a mi lado.

Desde que pudimos cruzar la calle, yo con la carreola y ella con mochila en la espalda, apresuró el paso, motivo que no permitió a su madre cruzar al mismo tiempo que ella. Sólo alcanzó a decirle: "tú escogiste quedarte con ella".

En el trayecto que ambas compartimos, de aproximadamente 5 minutos; la adolescente no volteó, ni una sola vez, para percatarse si su madre estaba detrás de ella.

Justo unas cuadras más adelante nos separamos, pero mis pensamientos acerca de la situación me acompañaron hasta ahora.

Pensé en decirle que no le hablar de esa forma a su madre, que después se arrepentiría pues ni siquiera se dio cuenta si ella estaba bien, pues no volteó a buscarla... no, no lo hice; y explicaré por qué.

Cuando tenía su edad yo también hice eso, gritarle a mi madre. En ese momento no lo piensas, sólo sientes el coraje y la desesperación por sacarlo con quien sea. Y generalmente la única, única persona que siempre aguantará todo, es la madre.

Vino a mi cabeza también pensar en Emilia, en cuando ella crezca y en la posibilidad de que ella se comporte como esa adolescente. ¿Qué voy a hacer cuando algo así suceda?

No lo sé; me da miedo, pero estoy segura que no soy tan paciente como esa señora. Suena fácil decir que uno no le soportaría esas cosas a un hijo, porque yo también lo he criticado, pero estoy segura que cuando pase será un gran shock para mi.

Ahora, que mi hija aún tiene 19 meses de edad, y que apenas comienza a entender el por qué de las cosas, tiene actitudes que me desconciertan, que me duelen, pero que soporto porque la amo incondicionalmente, sólo y exclusivamente como una madre puede hacerlo.

Pero hasta dónde puede aguantar una madre? Espero que la respuesta sea que no tienes que soportar nada, pues los hijos deben amar de la misma forma a sus madres. Sé que estoy equivocada, que no hay verdades absolutas, pero sé que también tengo mucho trabajo qué hacer para que algo como lo que vi hoy no suceda con mi hija.

Amor, paciencia, amor y paciencia. Sólo eso.

martes, agosto 16, 2011

Carta para Ángel

Hace un momento que leí una hermosa carta... esa carta no la escribí yo, por supuesto, sino mi amiga Araceli, y no, tampoco era para mi.

Ángel es el nombre de esa persona tan afortunada de recibir esa carta, y debo confesar que son precisamente ellas quienes me regresan a este sitio tan abandonado... esa inspiración que necesitaba, justo llega con esa carta.

Mi yerno, como le digo, cumple hoy 2 años de edad; es 6 meses más grande que mi Emilia, pero en esencia son los mismos... niños al fin! Les encanta explorar, escalar, brincar, gritar, reir, cantar, y claro, desesperar a sus madres.

Y esa carta entre ellos me hace sentir tan identificada... Hace un poco más de 18 meses yo comencé a compartir mis sentimientos con Emilia; todos los días, sin importar qué suceda, ella tiene una carta por leer. Sí, no puede hacerlo ahora, pero sé que cuando esté grande lo hará y se dará cuenta, si es que ya no estoy, de cuán amada es; y claro! También cuántas veces me llego a desesperar por no poder comprenderla.

Son cartas que sólo guardo para ella, que escribo no para sentirme bien conmigo misma, sino para que sepa cómo es su madre.

Buena o mala, soy su madre. No hay madres perfectas, todas tenemos nuestros momentos de desesperación, de felicidad, de coraje, de envidia, de enojo... con más defectos que virtudes, porque además de madres, somos mujeres y seres humanos.

No somos máquinas diseñadas para no sentir; al contrario, somos seres que día a día nos volvemos más vulnerables y más sensibles ante la vida que crece ante nuestros ojos.

Y sí, irónicamente, la mayoría de las mamás siempre buscamos que nuestros hijos piensen que somos las mejores mamás del mundo.

Quizá es una responsabilidad a la que muchas de nosotras no estamos preparadas, pero que día a día sacamos el valor para que nuestros hijos se sientan orgullosos.

Etiquetar a las personas nunca me ha gustado, así que el concepto de buena o mala madre está desgastado para mi.

Tal vez seamos un poco de ambas... y no está mal!! Siempre he pensado en que si eres una buena persona, entonces eso es lo que enseñarás a los demás, incluídos tus hijos, a que sean la mejor versión de ti.

Estoy segura que Ángel y Emilia serán excelentes personas, porque sus madres lo son. Además que son niños muy deseados, esperados con tanto anhelo y criados con tanto amor.

Para mi, los hijos son como la comida... si preparas algo con amor, sabrá muy rico y enamorará a los demás; igual con los hijos... si los crías con amor, serán buenas personas, llenas de amor capaces de atraer sólo bienestar y felicidad a sus vidas y a las vidas de quienes los rodean.

Sé que faltan muchos años para comprobarlo... pero sólo me basta conocer a Ara para saber cómo será Ángel.

Nadie te enseña a ser mamá, eso es algo tan maravilloso que sólo puedes experimentar hasta que lo eres, y cuando eso sucede, todo vale la pena.

Ahora Emilia demanda mi tiempo, así que dejaré la reflexión para después.

martes, junio 21, 2011

Calor!!!!

El calor es normal en esta zona. Que sean las 8 de la noche y el sol sigue en su punto es cosa de todos los días.

Eso ya no es sorpresa, más que para quienes son nuevos en la zona; como yo.

El termómetro marca 32ºC... no, no fue lo máximo durante el día, pues llegamos a 35ºC a las 2 de la tarde.

Lo curioso es que hay un mar hermoso a tan sólo 20 minutos de aquí y todo el que puede lo visita... lo curioso es que no puedes meterte a nadar sin morirte de frío. Sí, el agua es HELADA!

Qué contraste no? Porque el sol quema cuando estás debajo de él, pero al mar ni siquiera lo calienta.

Aún faltan 10ºC para llegar al máximo histórico de la Ciudad que, espero, no pase pronto!! Emilia duerme sin ropa y yo, aprovecharé para ducharme por segunda vez durante el día.



miércoles, abril 07, 2010

Dormir como un bebé

Ayer, después de más de 2 meses sin poder dormir, pude quedarme en la cama por más de 8 horas. Sí, 8 horas!!!! Para una madre primeriza como yo mera esto es un gran logro!! Y es que mi bella Emilia durmió tan plácidamente que le regaló a su hermosa madre ese tiempo tan valioso para descansar.
Uno nunca se pone a pensar en lo que tiene hasta que lo pierde, es un hecho, no un dicho. Las tan poco valoradas horas de sueño antes de tener un bebé son tan preciadas los primeros meses de tener a tu pequeño (a) en casa.
En más de una ocasión he llegado a la conclusión que, si una tiene el privilegio de dedicarse exclusivamente a su bebé, nosotras, las mamás, debemos dormir como bebés!
Es decir, si el bebé se duerme a las 3 de la tarde por 5 horas, APROVECHAR y dormir a la misma hora y la misma cantidad de tiempo; y es que de no hacerlo y dedicarse a hacer los quehaceres de la casa mientras el bebé duerme es una muy mala idea y una termina más agotada que si hubieras dado de amamantar por 100 horas seguidas.
Si una está descansada, el tiempo que compartas con tu bebé también será espectacular, porque podrás jugar con él (ella) y disfrutar de esas hermosas cosas que hacen los bebitos, como sonreirte!!
(Emilia comenzó a reirse los primeros días de llegar a casa, quizá fue sólo un reflejo, pero en cuanto lo hizo me deshice de la emoción y sí, derramé mis primeras lágrimas de mamá :D )
Tener por lo menos un espacio para nosotras como individuos es súper importante en el comienzo de una nueva vida con un bebé en casa; quizá sólo sea el baño diario (al principio para mi bañarme era MI momento y lo ADORABA), o ver tu programa favorito, puede hacer una gran diferencia.
Entre las cosas que son INDISPENSABLES tener para contar con la tranquilidad de dormir la platicaré en otro post.
Ahora que ya son las 12 de la noche, aprovecharé que mi adorada hija duerme desde las 10 de la noche y no despertará hasta que pasen por lo menos un par de horas y descansaré antes de que despierte y entonces yo sea la cansada y ella una fresca lechuga. ABUR!

domingo, abril 04, 2010

Emilia enferma

Quiero compartir algo que sucedió con mi hija Emilia hace un par de semanas. De la noche a la mañana comenzó a hacer popó con sangre.
Obvio me espanté, a ningún papá le gusta ver que su hijo de 2 meses haga de esa manera.
Como era de esperarse, recurrí con su pediatra a quien le expliqué que además no quería comer, por lo que indicó darle de tomar en intervalos de 15 minutos 1 onza de suero Pedialite.
Sin embargo, Emilia continuaba haciendo popó con sangre. Se lo reiteré varias veces a su pediatra quien recomendó hacerle un par de estudios. Uno, el de rotavirus, y otro, el de ADN. Cuando mi esposo preguntó el costo de éstos nos dimos cuenta que el doctor en cuestión sólo quería "salir" del problema enviándonos a hacerle estudios muy caros, pues uno salía en 600 y el otro en 10 mil pesos.
Era domingo y nos sorprendimos al ver que ningún laboratorio abría, por lo que tuvimos que recurrir al laboratorio de un hospital. Le pidieron llevar la muestra de la popó con sangre en un recipiente estéril para hacer el estudio de rotavirus. Y es que primero nos dijeron que lleváramos el pañal, pero después que mejor en un recipiente. Es importante decirles que la muestra que tomen no debe permanecer sin ser examinada por más de 1 hora, pues de lo contrario no sirve y debe volver a tomarse.
Emilia nunca se deshidrató, pero estuve leyendo en internet de casos en los que los bebés que hacen popó con sangre se deshidratan con mucha rapidez. Y por lo que nos comentó su nuevo pediatra, hay bebés que en menos de 8 horas mueren por no ser atendidos correctamente.
Los resultados del examen de rotavirus lo entregaron en el mismo instante y resultaron negativos, por lo que las opciones de qué tendría se fueron reduciendo. Mi esposo y yo decidimos no hacerle el estudio más caro y mejor pedir una segunda opinión luego que el pediatra dejó de contestarnos el teléfono.
Al día siguiente, lunes, busqué un nuevo doctor quien al ver a Emilia dijo: "se ve muy bien", pero le mostramos una fotografía que había tomado con mi celular del último pañal de la bebé, en el cual estaba repleto de popó con sangre, y cambió de parecer.
En ese mismo instante dijo que no se la iba a jugar a investigar si era una bacteria (pues el virus ya estaba descartado), que en ese mismo momento fuéramos a comprar la medicina para que la inyectaran y comenzara a hacer efecto.
Así lo hicimos, compramos el medicamento y la inyectaron. Emilia ni lloró de tan enferma que estaba. También pidió hacerle más exámenes los cuales se los hicieron en el mismo hospital.
Dijo que había que descartar primero que Emilia no tuviera alguna bacteria, o que fuera alérgica a la proteína leche y en última instancia verificar si no tenía algún problema con su intestino; pero que mientras eran peras o manzanas, que la inyectaran para evitar que le diera asepsia, es decir, que en caso de que tuviera alguna bacteria en su intestino se propagara a la sangre.
Además de eso, le recetó otro antibiótico y que siguiéramos dándole suero.
Algo muy importante que dijo fue que lo único que mantenía a Emilia muy bien físicamente era que es amamantada. Dijo que mi leche la tenía estable; y ahí comprendí la importancia de darle pecho a los bebés. ES súper importante, pues según el doctor, Emilia tenía anticuerpos gracias a ella, y por eso se defendía de esa bacteria que la infectó.
Efectivamente, los resultados de los exámanes fueron que tenía una bacteria en el intestino, la cual el doctor atacó desde el momento en que vio la fotografía de su popó con sangre.
Me recomendó seguirla alimentando y darle de complemento la fórmula Nutrilón Pepti Junior, la cual por cierto es muy cara (en la farmacia San Pablo cuesta 330 pesos y en la del Ahorro 360 pesos), pero que es muy buena para los bebés que tienen alergia a la leche.
De igual forma, que yo no consumiera ningún tipo de lácteos para evitar que recayera. Desde entonces no consumo nada de leche, queso, yogurt ni nada por el estilo, pero que ha ayudado a Emilia a reponerse bastante bien.
Al día siguiente, martes, tuvieron que inyectarle de nuevo el complemento del antibiótico, pero para el miércoles estaba mucho más repuesta, y para el jueves su popó era color mostaza como antes.
Es importante verificar que los bebés hagan correctamente para evitar ese tipo de situaciones. No basta con cambiarles el pañal, sino ver el color de su popó y hasta el olor. Según lo que explicó el doctor, los bebés que no consumen sólidos no tienen por qué hacer popó con algún olor, los pañales deben estar con popó color mostaza, semillitas (que es lo que indica que están siendo alimentados por su mamá) y sin olor.
De igual forma, verificar lo que la mamá come. Es importante tener una dieta, pues aunque parezca mentira, todo lo que nosotras consumimos, afecta al bebé.
Emilia está bastante bien ahora, pero yo procuro no consumir nada que pueda causarle incluso cólicos, nada irritante y por supuesto nada de lácteos.

Pasión

En la vida hay momentos en los que una tiene que tomar decisiones aunque no se desee. Algunas pueden ser banales, pero otras de suma importancia; pero siempre son decisiones que marcan, para bien o para mal, nuestra vida.
Desde hace ya casi 2 años que dejé de trabajar para formar una familia. Por momentos me he arrepentido hasta el grado de llorarlo porque duele profundamente dejar de lado algo por lo que trabajaste más de 15 años en obtener y de repente tener que hacerlo a un lado.
El 2 de agosto de 2008 decidí formar una familia con uno de los hombres más honestos y leales que he conocido en mi vida; y a partir de entonces todo ha cambiado bruscamente.
De ser una reportera "temida" por muchos por aquello que pudiera decir y que no les gustara, pasé a ser la esposa, la amiga, la "ama de casa" y ahora la madre.
En ocasiones quisiera poder compaginar todo y ser la "súper" esposa, madre, hija, ama de casa y amiga.
Admiro profundamente a aquellas mujeres que pueden hacerlo todo y seguir siendo ellas mismas; yo no he podido. Pero tampoco me arrepiento de ser lo que ahora soy.
Por momentos me pregunto si he perdido el rumbo y con entera honestidad me contesto afirmativamente. Me digo que me estoy oxidando y que me duele el corazón no poder seguir con mi carrera profesional. Sin embargo, existen otros momentos en que pienso que todo esto que me tocó vivir, el formar MI familia, es algo que en verdad vale mucho la pena.
Sin embargo, sé que soy capaz de compaginar muchas actividades, pero tengo miedo.
Sí, miedo de que si me dedico a otra cosa, descuide otra y entonces no haga ninguna con la pasión que me caracteriza.
Pero sé, muy dentro de mi, que lo que realmente sucede es que he perdido esa pasión que se necesita para hacer algo.
La única pasión que tengo es mi hija y mi esposo. Lo demás me entristece, me desanima, me enoja, me aburre. Quisiera que esa pasión regresara a mi, pero estoy segura que es exactamente como esos momentos de inspiración... llegan cuando menos te lo imaginas. I hope so.

martes, febrero 23, 2010

Angustia

Hoy me siento una mala madre. Llevo 18 días de serlo y parece que no logro entender lo que Emilia necesita, y peor aún, cuando le doy de comer y ella me ve, siento que no me quiere. ¿Me estaré deprimiendo?
No puedo estar más que feliz por tener a mi bebita entre mis brazos, por poder hablarle y decirle cuánto la amo, pero me angustia cuando llora y no logro saber qué necesita... ojalá pudiera "conectarme" con ella para saber con exactitud lo que ella requiere. ¿Por qué no logro entenderla?
Mis ilusiones siguen intactas, y sobre todo mi alegría y amor incondicional por ella, pero quisiera poder ayudarla a sentirse mejor. Intento de todo, desde cambiarle el pañal hasta quitarle ropa que pienso le incomoda, pero nada funciona; llora y me parte el corazón.