domingo, marzo 01, 2009

Las suegras... ¿mito o realidad?

Es cierto, mientras no se tiene suegra ni siquiera se piensa en ella e incluso en lo que puede traer a nuestras vidas... pero mientras queramos tener una relación con sus hijos (as), las suegras siempre serán tema de discusión entre la pareja.
Unas buenas, otras excelentes, otras metiches y por supuesto, otras malignas... peor que el chicle que se te cayó al piso y que besó el diablo... pero existen, ese es un hecho y debemos intentar, por lo menos, sobre llevar la situación.
Lo más malo de las suegras es cuando te hacen creer que te quieren, que no te tienen tirria por intentar quitarle de sus brazos a sus pequeños retoños, y peor aún, hasta te dicen que quieren ser tus amigas.
Pero no, eso no es lo más malo de la historia, porque lo peor de lo peor es cuando una les cree y cae redondita en su trampa de hipocresía.
En esta categoría podrían estar aquellas mother-in-law que al concerte te ponen cara linda, pero en cuanto te das la vuelta hablan pestes de ti con quien se deje, incluso con el perro.
También están esas que te llaman por teléfono para decirte: "No vayas a lastimar a mi hijito, él te quiere mucho y es de buenos sentimientos", y en cuanto tienen la menor oportunidad ponen a sus "hijitos" en nuestra contra con comentarios como "cómo dejas que te bese así en público??" o "ya viste cómo volteó a ver al muchacho atlético y bien fornido que pasó a tu lado?" Entonces una ya no entiende. ¿Quién hiere a quién?
Sin embargo, también las hay lindas y honestas, aquellas que simplemente desean la felicidad de sus hijos con otra mujer que no sean ellas.
Les hacen de comer, los atienden en cuanto los ven llegar a la casa por sus hijas, los procuran y hasta les hacen el lunch para el trabajo.
El chiste es que siempre la peor será la primera, sí, siempre la primera. De las otras casi nadie habla, nadie se fija y ni siquiera se detienen a valorarla.
Y es que de las otras, las malas, hipócritas, cizañosas y mala leche, son de las que más hay que cuidarse... aunque siempre te presenten su carita dulce...
Sí, en cuanto su suegra no diga ni pío, alerta! Es a esa a la que más miedo hay que tenerle, porque entonces todo lo que no te habla seguro lo hablará con el hijo... pero de ti!
Ni qué decir de aquellas que hasta pancitos de te hacen... porque seguro en algunos de ellos le pusieron ácido sulfúrico para que te envenenes y no les robes a su retoño.
También aquellas que nomás se la pasan diciendo, a las 3 de la mañana, "hijito, me siento mal", y en cuanto llegas para ver qué le sucede, se le quitó el dolor... sí, por arte de magia.
Pero mientras sean peras o manzanas, lo mejor es ir con tiento con las suegritas, no está de más seguirles la corriente alguna ocasión y, por qué no, hasta hacerle un pastelito (pero sin veneno eh!)
Las buenas, las dedicadas sólo a la felicidades de los demás, siempre serán las mejores, pero por eso, las menos mencionadas. Tan tan. :P

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