miércoles, noviembre 18, 2009

Lecciones

Hace ya mucho tiempo que no escribo nada. Quizá ya no creía en nada, a pesar de tener a alguien dentro de mi que me hace creer, día a día, en que todo es posible, incluso ella misma: Mi Emilia.
La vida no ha sido nada fácil en los últimos meses. Entre peleas todo el tiempo con todo el mundo, me hace pensar que soy intolerable... y recuerdo que apenas dos años atrás lo único que podía decir era que no podía parar de reir. ¿Cómo puede cambiar la vida así de repente?
Hay cosas que definitivamente nunca entenderé, pero quizá de eso se trata, no de entenderlas, sino de vivirlas... y por más que pienso, lo único que realmente vale la pena en estos momentos de mi vida son mi cría, mi Esteban y mi familia quien siempre ha estado ahí.
¿Por qué la gente es mala? Eso es algo de lo que nunca entenderé... nunca.
Después de las costillas rotas, del esguince cervical, de la preocupación por el bienestar de mi Emilia, el auto no termina de quedar. Hemos peleado con todo mundo de la aseguradora... y tal parece que apenas se resuelve, pero ya no creo nada. En eso me he convertido ahora, en la mujer que ya no cree en nada.
Lo único que me mantiene es Esteban... quien en ningún momento deja de confiar en mi, de apoyarme, de ser mi soporte cuando estoy a punto de caer. No pude encontrar a mejor hombre en mi vida, estoy completamente segura.
He tenido que viajar en metro y metrobús exhibiendo mi gran panza que, en serio, cansa, pero que sólo provoca que la gente me voltee a ver, pero ninguna se levante de su asiento.
¿De qué estamos hechos? ¿De indiferencia? ¿Será verdad eso de que hay gente que tiene el corazón de piedra?
Gracias a Dios estas situaciones me duelen, lo que demuestra que tengo un corazón de verdad... Hay tantas cosas por aprender en esta vida, que por más difícil que parezca, sólo se trata de abrir un poco el corazón para darnos cuenta de cuáles son.
El domingo pasado mientras veíamos cómo levantaban un globo aerostático en Coyoacán vi a mis ex compañeros de trabajo ir tras el secretario de Turismo, tras el Delegado... se me apachurró el corazón cuando me dijeron: "ven, córrele que se nos va". Para aplacar mi tristeza me senté en una banquita y una señora con una carreola se sentó a mi lado. Tenía una hermosa bebita de 3 meses quien me miraba y sonreía.
Su mamá comenzó a platicar conmigo sobre el embarazo, los bebés, los hijos... y entonces entendí lo que tenía que aprender ese día; que este es mi momento para ser madre, esposa y amiga. El momento más importante para cualquier mujer y por el cual yo decidí. El otro, el de profesionista puede esperar un tiempo... aunque también sé que no tanto.

miércoles, septiembre 16, 2009

¿Cuánto tiempo toma leer un libro?

Un año y medio. Quizá lo idóneo es que sea menos. Pero existen momentos en los que las ganas se pierden, se esfuman o se congelan.
Tal vez es uno mismo, tal vez el propio libro... pero a mí, en lo personal, me tomó un año y medio terminar de leer un libro que, irónicamente, es de una de mis escritoras favoritas.
El albergue de las mujeres tristes... así se llama el libro que me tomó tanto tiempo terminar de leer. No es malo, y a pesar de que lo compré precisamente por sentirme identificada con el título, al final, me di cuenta que no era lo que esperaba, que en ese libro no estaba yo y quizá una parte de mi se sintió feliz de saberlo.
¿De qué depende el tiempo que te tome leerlo? El trabajo, la escuela, las actividades en casa, fuera de ella... la verdad es que sigo sin trabajar, no voy a la escuela, las actividades que tengo en casa son pequeñeces y fuera de casa se remotan a los fines de semana; entonces tengo prácticamente 5 días libres, ideales para terminar de leer un libro exactamente en esa misma cantidad de días!
No me motivó. No me motivé. Tal vez sea eso.
Esto es completamente extraño, pues han existido libros exquisitos que me hacen leerlos no en 5 días, sino en 2 o 3. ¿Qué pasó entonces? Sigo sin entenderlo.
Libros de Anais Nin, de Milán Kundera, de Italo Calvino... el que se me pusiera enfrente lo leía con ganas de saber de qué se trataba. Me atraían a ellos. El albergue de las mujeres tristes, no pudo.
Irónicamente me redujo a él mismo. Es decir, tengo la consigna de que si tomo un libro debo terminarlo y hasta entonces puedo tomar otro e iniciar una nueva aventura.
Sí, eso me limitó en las posibilidades de tomar otros que me han llamado la atención en el transcurso de este largo periodo de tiempo.
Y no es que no haya hecho grandes esfuerzos para terminarlo. Muchas veces lo cargaba conmigo a donde fuera, pero no me daban ganas de abrirlo. Otras terminó por perderse él mismo. Un mes estuvo en el letargo y ahí si yo no pude hacer mucho. Cuando regresó a mis manos nomás dije: "ah, si es cierto, todavía no lo termino..." patético.
¿Cuánto tiempo debería haberme tomado leerlo? ¿Alguien lo habrá terminado de leer en menos de un mes? Mmmm good question...

domingo, julio 05, 2009

¿Por qué el PRI es ahora mayoría?

Hoy fue día de elecciones, pero a diferencia de las más de 4 que he experimentado, éstas fueron las más desángeladas, desencantadas, sin ganas pues!
De seis personas que somos en mi familia, sólo dos fuimos a votar. Así de triste estuvo la elección. No quisieron, no se les pegó la gana, dijeron "para qué"...
Estoy totalmente en contra de eso, por supuesto, pero si no puedo obligar a mi esposo a que lave los trastes, mucho menos a mis hermanos y padres a que salgan a votar. Así de simple.
Lo que pude darme cuenta de inmediato en las urnas fueron dos cosas; una, que no me tardé ni dos minutos en ella. Así como llegué, así me dieron las boletas y tan tan.
Recuerdo que hace algunos años cuando acudí a depositar mi voto hasta tuve que formarme en una larga fila para poder hacerlo! Ahora nadie había delante de mi... Eso me dio más tristeza.
En cuanto me dieron las boletas de inmediato le pregunté al chico que fungía de secretario de casilla: ¿y sí han venido a votar? Con su carota de mentiroso me respondió: Sí, ya ha venido mucha gente... De lo que no se dio cuenta es que me fijé que en la lista nominal había muchos espacios vacíos y sin marcar como "votó".
Dos, el PRI regresó...
De esto aún intento pensar cuál es la verdadera razón, pero se me ocurre una. En el 2006 muchos priistas votaron por el PRD para apoyar al candidato, Andrés Manuel López Obrador, no al partido.
Ahora que la Izquierda está dividida y sin un verdadero líder, todos aquellos perredistas quedaron tan desencantados que prefirieron dividir su voto. Si era para gobernador, al PRI, mientras que si era para diputados locales, por el PRD, o si para diputados federales, por el PAN... pero no el triunfo a un solo partido.
¿Por qué?
Miedo. La mayoría de la gente que acudió a votar no vivió en carne propia (más que los que sus padres, jefes y amigos mayores que ellos le cuentan) las crisis, las tranzas, los robos, los fraudes, etc. etc.
En 2006 creyó en la Izquierda y 3 años después se dio cuenta que aquella fuerza que estuvo a punto de tomar la Presidencia de la República ya no es la misma que entonces.
¿Qué pasó?
Quizá eso debería preguntárselo el mismo PRD internamente... hacer una verdadera reflexión y decir: En esto la regamos, estos fueron nuestros puntos débiles y debemos trabajar en ellos... Pero qué es lo que generalmente hace el PRD? Insultar, atacar, golpear, gritar, impugnar, pero nunca razonar ni reflexionar.
Ahora, aquellos que votaron por el PAN en 2006 ven que este País, el México que todos adoramos no es el mismo. Nunca habían oído de tantos decapitados, tantos muertos, tanta impunidad, tanto nepotismo. Y no los quiere tampoco.
Al no tener opciones entre el PAN y el PRD, ¿qué queda? No un Partido Verde con propuestas fuera de lugar y que compra actrices y actores para que lo apoyen y mientan, e incluso que se roba los números telefónicos de todos los ciudadanos mexicanos para hablarles y venderles sus ideas sin importar la hora. Tampoco un PT, Convergencia, Nueva Alianza o PSD... partidos oportunistas que sólo quieren dinero para sus molinos.
No, la única opción era voltear al PRI. A aquél partido que no conocen con exactitud y a quien ahora le han dado el beneficio de la duda otorgándole poder.
¿Está bien o está mal? No lo sé. Pero quizá deberíamos hacer una reflexión de la falta de líderes en México y de convicciones y valores humanos.

jueves, julio 02, 2009

¿Alguien podría explicarme?

Si uno tuviera una varita mágica y puediera, como la ada madrina, aparecer y desaparecer aquello que nos gusta o disgusta, seguramente todo sería... no más feliz, sino más rutinario, más triste, más tonto pues...
Pero hoy, hoy, hoy... si yo tuviera esa varita mágica podría desaparecer, en lugar de aparecer, un par de cosas que en realidad ya me repatean el hígado. Véamos.
1. Al Partido Verde. Detesto sus spots en radio y televisión, pero mucho más cuando hablan a mi casa la actriz (cita) Mayte Perroni y Raúl Araiza, otro actor (cito), y me despiertan con sus tonteras de si no votas por el Verde se te cae el mundo. Lo que no entiendo, es CÓMO CARAJOS supieron de mi número telefónico cuando se supone que lo tengo registrado en la compañía de teléfonos como PRIVADO!!
No, mi mente suspicaz no ha dejado de pensar en que quizá, sólo quizá, la misma maldita compañía le dio toda una larga lista de todos los largos teléfonos de México. LOS ODIO!
Dónde quedó entonces la privacidad? Debería estar penado que esa compañía otorgara nuestros números de casa cuando se le pide explícitamente en el contrato que no se difundan!
Si alguien sabe cómo, avisenme!

2. Los cubanos. Bueno, no todos, he de confesar que he conocido un par de cubanitos muuuyyyyy gentiles :D
Pero los cubanos que tengo como vecinos son insoportables! Son prepotentes, engreidos (es lo mesmo?mmmm) presumidos, altaneros y groseros.
Y luego con su tonito de voz que no es naaaaada sigiloso, levantan a todo mundo a la media noche cuando hablan entre ellos (gritan) y se piden cosas que ni ellos mismos entienden por hablar tan rápido y con ese acento tan raro.

3. Las náuseas. No soporto estar mareada todo el tiempo, con ganas de vomitar y con cara de fuchi y que estoy oliendo popo de perro todo el tiempo! Parezco enferma caray!

4. La carne roja. Bueno, es digno aclarar que si en estos momentos DETESTO la carne roja es precisamente porque me dan muchas náuseas y guacala nomás saber que hay en algún lado. Ahorita, nomás por pensar en ella ya siento que voy a vomitar!! Osease, gracias.

5. Los jefes lamehuevos. Ok, ok, no sólo los jefes, sino todas aquellas lindas personas que tienen por profesión única y exclusivamente dedicarse a ello. Cómo le explicas a un jefe que no debe arrastrarse tanto porque de cualquier manera no le darán lo que está pidiendo? Para qué tomarse la molestia? Qué asco!

6. Las amigas-no amigas. Sí, aquellas que sólo te buscan cuando les conviene, pero cuando tú necesitas algo, entonces desaparecen por arte de magia! Está de más explicar a fondo, cierto?

7. Los abogados. Bueno, no todos. Hay algunos buenos, pero los que detesto y quisiera que desaparecieran son aquellos que no ganan nada pero que disfrutan haciendo sufrir al cliente. Aquellos que te dejan solos en las audiencias o peor aún, aquellos que te agreden y te obligan a decir cosas que no quieres. AGRRR!

8. A todos aquellos que preguntan cuántas horas trabaja un periodista. AGRRR! Como si hubiera un horario para eso!

En fin, creo que prácticamente he nombrado todas las cosas que me gustarían desaparecieran por ahora... aclaro, por ahora... una nunca sabe a quién más detestará mañana. :D

jueves, junio 25, 2009

La mala vida

Hace algún tiempo que prefiero no escribir como antes. Quizá esté mal porque al final de cuentas esto era como mi manera de desahogarme de tantas cosas que me pasaban y no podía decirlas con toda libertad.
Ahora es distinto. Tengo mucho tiempo para hacerlo y no lo hago. Qué irónico! Ahora las cosas han cambiado tanto que ni siquiera me reconozco.
A veces me pregunto dónde quedó esa Ivonne a quien le encantaba andar de loca en las conferencias de prensa o haciéndole preguntas incómodas a los funcionarios y por las cuales me odiaban... A veces extraño mucho eso, pero otras no.
No me gusta mi nuevo rol de esposa y ama de casa, eso es un hecho. Me gusta atender a Esteban, eso sí, y creo que es porque lo amo, sólo se puede hacer algo así por la persona que amas...
Pero tampoco quisiera regresar a los medios de comunicación... Quedé asqueada de ver cómo el Gobierno puede hacer lo que quiera con los medios de comunicación e incluso con el mismo internet.
El otro día leí que youtube canceló todos los videos del periódico El Universal, uno de los más grandes de México! La razón es sencilla, se publicó un video en el diario donde se decían cosas contra el gobierno federal y de su partido. ¿Cómo es posible que en pleno siglo 21 todavía exista esa censura? Qué tristeza!
Esa es una de las razones por las que no veo el por qué debería seguir intentando decir con palabras lo que mis ojos y oidos, ven y oyen, de tantas historias que no quieren ser contadas.
Para qué! No tiene caso.
Me gustaría más tener algo que sea el patrimonio de nuestros hijos y que nadie nos diga lo que debemos o no decir o hacer... pero aún falta mucho tiempo para eso. Ojalá no tanto.
Por lo pronto mañana tengo una entrevista de trabajo que no quiero... qué irónica es la vida! Para qué voy? Quizá sólo para escuchar algo que ya sé y que no deseo, pero que es algo de lo que me gusta quejarme... VIVA LA MALA VIDA!!! jajaja!

miércoles, junio 10, 2009

Cómo el matrimonio cambió mi vida... literalmente

Durante toda mi adolescencia siempre pensé en que a esta edad, 31 años, sería una profesionista existosa, o bueno, por lo menos sería jefa de alguien o en el mejor de los casos sólo de mi misma.
Nadie te explica cómo tomar decisiones y hacerte responsable de ellas, aceptarlas con todo el compromiso que conllevan y sobre todo llevarlas al cabo.
Mucho menos nadie te explica cómo ser esposa. En estos tiempos en que todo pasa tan rápido y que en un abrir y cerrar de ojos no puedes darte cuenta de lo que pasa a tu alrededor está obligada a pensar rápido, a tomar decisiones cada minuto, a ser esposa, amante, amiga y madre... pero nunca tú misma.
Antes de conocer a quien ahora es mi querido y amado esposo todo era totalmente distinto ahora. Y no simplemente porque actualmente tengo compañía en mi cama y sexo seguro cuando yo lo desee, sino porque me sentía libre, sin obligaciones ni responsabilidades y mucho menos sin temor a ser yo misma.
Llevo ya casi 10 meses sin trabajar. No, Esteban sería incapaz de pedirme que dejara el trabajo. A veces me pongo a pensar por qué decidí dejar de hacerlo, quizá ahora ya tendríamos suficiente dinero ahorrado para comprarnos nuestro "nidito de amor"... Esa decisión la tomé yo, y no es hasta ahora cuando me veo obligada a hacerme responsable de ella.
Todos los días sigo la misma rutina. Me levanto, me baño, me arreglo (a veces no sé ni para qué pues ni siquiera salgo de casa), hago el desayuno, presiono a Esteban para que se levante, desayunamos juntos, él se va a trabajar y yo me quedo con varias opciones como: lavar ropa, trastes, arreglar la casa, levantar el tiradero, hacer de comer o simplemente salir a hacer compras.
Grandiosa idea la mía de casarme! Muchas veces lo he pensado, es cierto. Pero quizá si no lo estuviera no tendría la maravillosa compañía de Esteban quien es, por mucho, más de lo que podría haber deseado como esposo.
Por momentos me siento triste por no trabajar, aunque generalmente esas ideas un poco locas se van de mi mente de inmediato.
Por un instante llegué a pensar que lo que requería era mantenerme ocupada todo el día para dejar de pensar en aquello que no hago y seguramente nunca haré. Pero no, no se trata de buscar "algo qué hacer" sólo por hacerlo. Es más complicado que eso.
Mis amigas no están disponibles porque una vive en otro estado y el resto trabaja o tiene esposo e hijos, entonces siempre es imposible coincidir con alguna de ellas y por lo menos mantenerme ocupada en ello.
Intenté tomar cursos de repostería. Después de 5 meses de casados me di cuenta que me encanta hacer galletas y pasteles, postres en general. No es una idea nueva, en realidad siempre me ha gustado pero nunca lo había hecho tan seguido como ahora. Aún recuerdo que mientras trabajaba en el periódico Reforma, mientras no tenía nada qué hacer me ponía a buscar recetas, copiarlas e intentar hacerlas en cuanto llegara a casa, ja!
Después se me metió la idea de estudiar una maestría. Quizá así no me sentiría tan inútil en cuanto a mi profesión. Muchas veces lo he intentado pero la excusa al final siempre es la misma: no nos alcanza el dinero.
Y lo mismo sucedió con algunos seminarios y talleres de temas que siempre me han parecido interesantes. Pero no, nada de eso he hecho.
Quizá en estos momentos de mi vida sólo estoy dejando que el tiempo siga su curso y me lleve consigo. Soy un barco más en ese gran río llamado vida que sólo se deja llevar por el ir y venir de sus olas.
Me deprimo. Me doy lástima.
No se supone que el compartir tu vida con la persona que más amas debe impulsarte a tomar caminos que podrían recorrer juntos? Siento que dependo cada día más de él. Si planea ir a un lado antes del trabajo me invita a que vaya con él. A veces es lo único diferente que hago de mi día hecho. Qué patética soy.
Tomar las riendas de mi propia vida es quizá lo más idóneo para hacer ahora... pero cómo? Me siento perdida, como si tuviera esa depresión "post-parto" pero que deberíamos llamar "depresión post-matrimonio".
Me hubiera gustado ser como aquellas personas que desde chiquitos saben cuál es su pasión en la vida y hacen hasta lo imposible por llevarlo a cabo... y no, ahora me doy cuenta que no tengo alguna pasión. A pesar de mis intentos por buscarla, no la encuentro.
¿Por qué te has ido así tan de repente y dejándome sin aliento?
Definitivamente el matrimonio ha cambiado mi vida y justo hoy fue uno de esos días diferentes y al ir en el automóvil sólo pensaba: Quizá no tenga sentido nada de lo que hago. Quizá no tenga sentido ni siquiera ser yo misma. Quizá no tenga sentido ni respirar...

viernes, mayo 22, 2009

Mujeres víctimas de violencia

Hace un rato escuchaba por la radio un programa de Martha Debayle en el que hablaban sobre la violencia contra la mujer.
Por extraño que parezca escucho a esa mujer porque me parece de las poquitas inteligentes que han sabido cómo llegar al corazón y pues así, ese corazón que siempre es mi punto débil.
Dicen que no hay nada mejor para entender un caso que ser empáticos, pero creo que uno no termina por entender algo hasta que pasas por esa situación.
Al escuchar a Mónica, una chava que pasó 14 años al lado de su pareja a pesar de que la golpeaba y golpeaba y además de eso, la maltrataba sicológicamente, no pude más que pensar en lo que me pasó a mí hace 8 años.
La mayoría de mis amigos no lo saben, pero hace 8 años viví junto a un hombre que me golpeó, me humilló, me robó no sólo dinero sino mi autoestima, y me hizo sentir lo que hasta entonces no había sentido, odio hacia alguien.
Y no lo saben porque cuando un hombre golpea a una mujer, es a ésta a quien le da pena decirlo, quien prefiere ocultar los moretones porque ya llegó un punto en que la autoestima es nula y pensamos que eso nos merecemos.
Pero al escuchar ese programa me vinieron tantos recuerdos y lo único que pude pensar en ese momento fue, gracias a Dios que tuve mejor suerte que Mónica, pues el tormento de vivir con alguien que te golpea, no sólo física sino moralmente, sólo tuve que soportarlo 2 meses y no 14 años.
Como muchas de nosotras que pasamos por eso, llegué a él porque me enamoré. Después de casi un año de ser novios me pidió matrimonio y después que vivieramos juntos.
No, no nos casamos (gracias a Dios!), pero decidí irme a vivir con él.
Él no trabajaba, así que todo mi sueldo se iba en pagar renta, los gastos de la casa, mi transporte para el trabajo y además, mantenerlo a él con todo y "sus gustitos".
Después de estar en el departamento por un par de meses, él comenzó a cambiar. Sí, porque por extraño que parezca uno no ve esas cosas a simple vista, ese tipo de hombres son tan hábiles que saben muy bien cómo esconder ese lado tan malo de ellos para que los demás no se den cuenta.
Él todavía estudiaba y a pesar de que mi familia siempre se opuso, fue precisamente mi familia quien me sacó de ahí.
Primero comenzó a llegar tarde a casa y cuando le reclamaba él se enojaba y entonces comenzaba a darme golpes pequeños en los brazos o en las piernas, siempre buscaba algún lado en que no fuera muy a la vista de los demás.
Yo lo dejaba pasar porque pensaba "él va a cambiar", pero nunca fue así.
Siguió llegando tarde a casa y yo reclamando, por un tiempo fue así, con golpes pequeños. 
Un día al llegar a casa de trabajar lo encontré viendo la televisión sin haber hecho algo, ni siquiera lavado los trastes o tendido la cama, y quería que yo lo hiciera. Le dije que no y que en vez de estar viendo la televisión él lo hiciera. Obvio, se puso histérico y comenzó a gritarme, a empujarme hasta ponerme contra la pared... ahí, cuando me tenía acorralada comenzó a pegarme en los brazos y era tal su enojo que no sólo lo hizo ahí. Me golpeó en el estómago tantas veces hasta sacarme el aire. Caí al piso sin poder respirar y ahí, en el piso, me pateó en el estómago cuantas veces le dio la gana.
Cuando de plano vio que no podía respirar se quedó parado frente a mí, viéndome y riéndose...
Como pude me levanté y me encerré en el baño.
Al día siguiente me pidió perdón. Me lloró, me suplicó y juró que nunca más volvería a pasar y como idiota le creí.
Pero no tardé mucho tiempo en darme cuenta que así era él, que estaba acostumbrado a golpear a cuanta mujer se le pusiera enfrente. Esa misma noche, por no dejarle ver mi teléfono celular, volvió a golpearme.
Y ahí tomé la decisión. Llamé a mi hermana y le supliqué que fuera por mi. Pero esa no era la primera vez que lo dejaba, ya antes había agotado la ayuda de mis amigos, a quien siempre les llamaba llorando y pidiéndoles que fuera por mi porque me había golpeado.
En esa ocasión llamé a mi hermana y con toda la vergüenza del mundo le supliqué que fuera por mi.
Una hora después ahí estaban todas. Él trató de agarrarme e incluso de encerrarme, pero mis hermanas lograron sacarme de ahí.
Me obligaron a ir al Ministerio Público quien por supuesto se portó de lo más prepotente conmigo y hasta fueron tan cínicos en decirme qué le hizo a su novio para que la golpeara así... Sí, por increíble que parezca...
Pero por más increíble que sea es que regresé a casa de mis papás, y a la salida de mi trabajo ahí estaba él, me buscaba, me hablaba, me atosigaba y claro, me amenazaba.
Poco a poco se cansó de ver que mi familia me protegía e iban por mi al trabajo...
Después de un tiempo dejó de buscarme. Luego me enteré que tenía una nueva novia y que ya vivía con ella. Pobre.
Sin embargo, eso no fue todo. Duré más de 3 años sin una nueva pareja. Tuve suerte, siempre me repito eso. Hay otras chicas a las que les va peor y además que tienen que soportarlo por mucho más tiempo.
Tuve suerte. Mucha suerte. Aún con todo el dolor de mi corazón, tuve suerte.
Por cierto! Casi lo olvido. Una semana después de que me golpeara en el piso tuvieron que operarme para quitarme la vesícula... Tuve suerte que sólo fuera eso.
Y sin embargo, aún cuando pienso en eso me duele, me duele no físicamente sino mi corazón. Ese corazón que no olvida y que desgraciadamente aún recuerda cada golpe, cada insulto, cada mirada de odio que tenía para mí.
Lo perdoné hace ya mucho tiempo. Quizá sólo hace falta que me perdone yo.

lunes, mayo 04, 2009

¿Qué significa "estar celoso"?

Hace no mucho tiempo, Elisa, de 29 años, se sentía la mujer más realizada del mundo. De esas mujeres a quienes no les hacía falta nada, de ésas que eran afortunadas por tener todo lo que deseaba.
Una familia que la apoya en todo, un trabajo como ninguno, amigos siempre a su lado, el gran amor de su vida la acompañaba y estaba próxima a casarse. ¿Qué más podía pedir?, pensaban quienes la conocían.
Lo mismo le ocurría a Miguel, su pareja de 31 años. Desde los 10 años supo lo que era "ganarse el pan con el sudor de su frente". Éso y el carisma que lo caracterizaba le hicieron obtener todo cuanto quería.
Como cualquier cuento de hadas, se casaron y vivieron felices por siempre, aunque entre ellos surgió un sentimiento poco conocido por ambos.
Elisa siempre estuvo conciente de que parte de una relación era la admiración que podía causar en Miguel y viceversa.
Poco a poco y con el tiempo, esa admiración se volvió costumbre, a tal grado que ninguno se dio cuenta de ello hasta que sucedió algo que rompió el esquema de Elisa.
Miguel, como era su costumbre, acostumbraba leer todos los periódicos que tenía a su alcance. Elisa, periodista, también la tenía, pero muy rara vez la compartían.
Un día, Miguel se dirigió a ella para contarle de un reportaje "maravilloso" que había encontrado en uno de esos periódicos.
- ¡Qué manera tan genial de escribir!, dijo Miguel.
Fue entonces cuando Elisa experimentó aquel sentimiento que comenzó como un hormigueo en su pecho y se apoderó, en instantes, de todo su ser. 
En ese momento, quiso ser esa periodista de la que Miguel hablaba con tanta admiración, sólo con un objetivo: que Miguel volviera a sentir eso que lo hizo enamorarse perdidamente de ella.

Tener lo que otros tienen, quizá todo se resuma a eso. Estar celoso es querer ser aquella otra persona que provoca en alguien a quien amamos, algún sentimiento que nos gustaría sintiera por nosotros.
Pero el secreto para no sentirlo es estar seguros de que lo que somos es la razón por la que esa persona está con nosotros. Aceptarnos tal cuales somos, con nuestros defectos y virtudes, cambiar aquellas cosas que nos disgustan y alimentar aquellas que nos hacen ser mejores personas.

Tener lo que otros tienen... en general es eso. 

lunes, marzo 09, 2009

Enseñanzas...

Hay cosas que nadie nos enseña, que cada uno debe aprender conforme las circunstancias... pero cosas que deberían enseñarnos... por solidaridad.
Pudiera hacer una gran lista con todas las cosas que me hubiera gustado me enseñaran antes de aprenderlas por mi misma, pero se resumen en unas cuantas... ahí van.

Paciencia. Soy demasiado desesperada, quiero que todo sea inmediato... mi lema es: "para qué esperar si puedes tenerlo ahora mismo?" La respuesta a eso: Porque quizá si esperas, puedas tener algo mucho mejor.

Tolerancia. Está de más decir que si soy desesperada, por ende mis niveles de tolerancia son casi nulos. Pero aquí debo aclarar algo. De verdad hay gente que se pasa... a veces confunden la tolerancia con idiotez.

Cocinar. Me gustaría alguna vez sorprender a mi pareja con una rica cena, tipo gourmet, preparada por mis lindas manos... Esos secretos de qué ponerle a la carne para que esté blandita o qué ingrediente ponerle a las vinagretas para que salgan mejor, no deberían ser exclusivos de los chefs... deberían enseñarse a todas las personas desde que están pequeños. En algún momento de nuestras vidas lo agradeceríamos.

Estar solos. Es difícil, muy difícil poder estar con uno mismo sin asustarse. Deberían enseñarnos cómo estar con nosotros mismos, en silencio, aprovechar ese momento, tener una conversación con nosotros y salir bien librados de ese momento. Difícil. Muy difícil.

Perdonar. Más difícil que cualquiera de las antes mencionadas. Me gustaría que alguien me dijera cómo lograr que el corazón deje de doler cuando fue gravemente lastimado. Cómo dejar pasar las cosas, cómo decir: "está bien, así eres tú, lo acepto, me lastimas, me voy", sin ser hipócrita, sin guardar rencores, sin que en verdad te importe... y que el corazón deje de doler.

No olvidar. No sólo para que las cosas no vuelvan a pasar, sino para que sucedan de nuevo, para hacer a alguien feliz con un detalle porque nos acordamos de una fecha, para dar más.

Pelear. Sí, pero no a golpes, eso te lo enseña cualquiera. Pelear con otro con argumentos, no con sentimientos... pues es la única manera de ganarla.

No tomar las cosas personales. No todo se trata de nosotros, quizá para algunos seamos su mundo, pero para otros sólo somos piezas de él.

En fin, podría seguir con la lista y estoy segura se haría interminable, pero quizá son las más comunes y por eso, porque estoy segura le pasan a la mayoría de nosotros, deberíamos enseñarlas a otros.

domingo, marzo 01, 2009

Las suegras... ¿mito o realidad?

Es cierto, mientras no se tiene suegra ni siquiera se piensa en ella e incluso en lo que puede traer a nuestras vidas... pero mientras queramos tener una relación con sus hijos (as), las suegras siempre serán tema de discusión entre la pareja.
Unas buenas, otras excelentes, otras metiches y por supuesto, otras malignas... peor que el chicle que se te cayó al piso y que besó el diablo... pero existen, ese es un hecho y debemos intentar, por lo menos, sobre llevar la situación.
Lo más malo de las suegras es cuando te hacen creer que te quieren, que no te tienen tirria por intentar quitarle de sus brazos a sus pequeños retoños, y peor aún, hasta te dicen que quieren ser tus amigas.
Pero no, eso no es lo más malo de la historia, porque lo peor de lo peor es cuando una les cree y cae redondita en su trampa de hipocresía.
En esta categoría podrían estar aquellas mother-in-law que al concerte te ponen cara linda, pero en cuanto te das la vuelta hablan pestes de ti con quien se deje, incluso con el perro.
También están esas que te llaman por teléfono para decirte: "No vayas a lastimar a mi hijito, él te quiere mucho y es de buenos sentimientos", y en cuanto tienen la menor oportunidad ponen a sus "hijitos" en nuestra contra con comentarios como "cómo dejas que te bese así en público??" o "ya viste cómo volteó a ver al muchacho atlético y bien fornido que pasó a tu lado?" Entonces una ya no entiende. ¿Quién hiere a quién?
Sin embargo, también las hay lindas y honestas, aquellas que simplemente desean la felicidad de sus hijos con otra mujer que no sean ellas.
Les hacen de comer, los atienden en cuanto los ven llegar a la casa por sus hijas, los procuran y hasta les hacen el lunch para el trabajo.
El chiste es que siempre la peor será la primera, sí, siempre la primera. De las otras casi nadie habla, nadie se fija y ni siquiera se detienen a valorarla.
Y es que de las otras, las malas, hipócritas, cizañosas y mala leche, son de las que más hay que cuidarse... aunque siempre te presenten su carita dulce...
Sí, en cuanto su suegra no diga ni pío, alerta! Es a esa a la que más miedo hay que tenerle, porque entonces todo lo que no te habla seguro lo hablará con el hijo... pero de ti!
Ni qué decir de aquellas que hasta pancitos de te hacen... porque seguro en algunos de ellos le pusieron ácido sulfúrico para que te envenenes y no les robes a su retoño.
También aquellas que nomás se la pasan diciendo, a las 3 de la mañana, "hijito, me siento mal", y en cuanto llegas para ver qué le sucede, se le quitó el dolor... sí, por arte de magia.
Pero mientras sean peras o manzanas, lo mejor es ir con tiento con las suegritas, no está de más seguirles la corriente alguna ocasión y, por qué no, hasta hacerle un pastelito (pero sin veneno eh!)
Las buenas, las dedicadas sólo a la felicidades de los demás, siempre serán las mejores, pero por eso, las menos mencionadas. Tan tan. :P

jueves, febrero 26, 2009

Letter for you

Dear baby,

Today I feel empty... how I was in a empty land and no one come to rescue me. Today is a strange day... and that's the reason I want stole you a minute to tell you something.
I wish I would tell you all the feelings in my heart about you. I love you so much, that I don't know how to show you the way come to me... to us.
A long time ago, I let you go, and I so sad about that, I feel so guilty, that maybe that's the reason you prefer wait.
Please, baby, don't make us wait a long time, because we love you, we need you. My life doesn't have sense without you, I feel empty.
I want you know that my heart is the more security place for you, because nobody will be able to occupy it.
I'm waiting for you... and sometimes I think: how I can protect him/her? You have to know something, I don't like insects... and maybe when you'll come to me and show me one of it, I'm sure I'll yell!!!!
But You have sure of something. I'll reward you with all my love that even now is yours. I know cook cakes... and I like desserts, and You can be sure I'll cook it especially for you.
I'll care you, I'll protect you, I'll teach you everything, I'll love you unconditionally... I promise.
You can be sure.

Love,
Mommy

martes, febrero 24, 2009

El Cambalache y sus... animales

En mi familia, para festejar los cumpleaños un domingo después del día, nos reunimos y comemos en un restaurante que al festejado le gustaría comer.
Para mi cumpleaños, no está de más decirlo, decidí ir a comer al Contramar. Un restaurante de comida del mar, muy lindo tanto en su decoración como en su trato al comensal. Eso sin contar que la comida es simplemente DE-LI-CIO-SA!
Erika, una de mis hermanas, decidió que quería comer carne... pero un buen pedazo de carne. Para ello quiso ir a El Cambalache. Un restaurante que en México es muy caro y que, hasta ese entonces, se vanagloriaba por ser el sitio con las mejores carnes de la Ciudad.
Al entrar al lugar nos dimos cuenta que efectivamente, es carísimo. Su diseño deslumbra a cualquiera, principalmente por tener el cordero asándose frente a todo el que pase (buena técnica para atraer clientes).
En el lugar donde nos tocó sentarnos las mesas estaban muy juntas una de la otra, por lo que era un poco... incómodo simplemente comer, pues la misma mesa era de por sí diminuta para seis personas.
Tanto mis hermanas como mi hermosísima señora madre pidieron arrachera, yo un pedazo de cordero y Esteban un bife chorizo.
Por más de una hora comimos hasta donde ya no se pudo más. Las risas y la plática daba para que esperáramos un rato y continuáramos comiendo el resto, pues los platillos eran por más enormes.
Justo antes de que retiraran nuestros platos de la mesa, escuché a los comensales de al lado hablar y mirar al techo... Cuál fue mi sorpresa al ver, sí, justamente en el techo, una CUCHARACHA!!!! Pero no, no era de esas chiquitas que igual y las pisas y se mueren, NOOOO era enorme, del tamaño de un celular de 10 cm!! Sí, justo en el techo del restaurante El Cambalache de Insurgentes!
La dichosa cucharacha se paseaba por el techo feliz, hasta que nos dimos cuenta. 
Como era de esperarse, todos voltéabamos a verla para "proteger" nuestros platillos. Una señora, que estaba sentada justo debajo de la cucharacha, se levantó y pidió al capitán de meseros su ayuda, quien por cierto, sólo alcanzó a decir: "Puta madre..." pero a partir de ese momento, como por arte de magia, puf!! Desapareció.
Los clientes continuábamos con la mirada fija sobre el cucarachón hasta que pasó lo inevitable... cayó sobre la mesa contigüa. Para quien me conoce, sabe y recontra sabe que ODIO los insectos.
La reacción del señor a quien le cayó la cucaracha fue, obvio, aventarla... y adivinen a quién.
Grité hasta que la garganta me ardió y en su lugar comencé a llorar. Las manos me temblaban porque vi como empezó a volar para salvar su vida.
Ni un mesero se acercó a intentar matarla, fue entre los clientes de El Cambalache quienes lo hacían. Pero la desgraciada no se moría!!!! Fue más de una persona quien la pisoteó, hasta que lograron matarla.
Los meseros y el capitán de meseros de El Cambalache de Insurgentes reaparecieron!! Pero sólo para cobrarnos la cuenta... qué tal!
Pero eso fue sólo parte de lo tétrico de ir a comer a ese restaurante, pues al no terminarme el cordero, lo pedí para llevar, junto con una papa al horno. Y es que con el asco que me provocó el cucarachón, pues hasta el hambre se me quitó.
Al llegar a casa fueron dos mis sorpresas: Una, que al pagar con mi tarjeta se cobraron, a lo chino y cochino, la propina que fue, nada más y nada menos, de 500 pesos!!!! Y dos, que el cordero, no estaba.
Moraleja queridos amigos, eviten ir a comer al restaurante El Cambalache que además de puerco y cochino, es carísimo y roban.

jueves, enero 22, 2009

Dar por sentado...

Muchas veces uno piensa que las personas con las que convive a diario, es decir, la familia, ya saben cuánto los queremos... quizá el que estén ahí, junto a nosotros, nos da pie a pensar que, además de eso, deben o tienen la obligación de entendernos, comprendernos, ayudarnos y respetarnos.
No. Eso no es cierto.
Y entonces cuando la otra persona dice: no, yo no voy a hacer esto por ti, nos sentimos ofendidos.
No hay peor cosa que dar por sentado el cariño, el respeto, el apoyo. Nadie está obligado a querernos ni a respetarnos ni apoyarnos ni entendernos ni nada de nada.
Eso es algo que uno debe ganarse día a día. A veces los demás necesitan que le preguntes: ¿cómo estuvo tu día? O simplemente decir un: te extraño o te quiero.
Nunca están de más esas palabras...
Yo las aprendí ya un poco tarde. En mi familia esas cosas no se dan... simplemente no existen. Por una cosa u otra, pero no existen. 
Eso también lo ha hecho díficil. El ahora decirles: Te quiero, saca de onda a mis hermanas e incluso a mi madre. Pero no por eso dejo de decirlas.
Pienso que es importante hacerlo, es decirle a la otra persona cuán importante es también en tu vida, y quién sabe, quizá en ese momento esa persona se sentía mal y ya le hiciste su día!!!
Eso incluso motiva a que los demás se sientan partícipes de nuestra vida y entonces nunca se dé por sentado alguna ayuda, porque estará ahí incondicionalmente.

viernes, enero 16, 2009

Matrimonio... matrimonio

Hay momentos en nuestras vidas en que es mejor tomarse un descanso, respirar, mirar al cielo y preguntarse qué has hecho bien o has hecho mal... Ese momento en que te detienes y te preguntas si todo lo que has hecho realmente vale la pena... Ese momento es ahora para mí.
Justo ayer, cuando platicaba con Ana Laura, que me detuve un segundo y pensé: "Vaya que cambia la vida cuando te casas".
Y no, no significa que me arrepienta o esté pasando por un mal momento... al contrario!! Puedo decir firmemente que para mí, este es el mejor momento de mi vida, aunque por supuesto he pasado por situaciones difíciles de adaptación, pero soy inmensamente feliz y eso es lo que cuenta.
El cambio del que hablo es más de esencia, más de cómo los demás cambian contigo. Me explico mejor.
Resulta que mi amiga Ana Laura tiene ya casi 5 meses de embarazo. Ayer mientras hablabamos me percaté que nuestro tema de conversación era: comida, bebé, suegras, casa, esposo... Y no, no es que no me guste chismear al respecto, más bien me desconcierta la Ivonne que los demás ven en mí como para ya no hablar de los temas de siempre y sólo centrarnos en cosas del matrimonio.
Eso sin contar que los amigos ponen una "ley del hielo" a los recién casados. Como si no quisieramos ir a fiestas, reuniones, pláticas, en fin, salir con los amigos!! Y es que ya no te invitan a salir como antes y ni qué decir de los desayunos o comidas con las amigas!
Ha sido difícil en ese aspecto, pero por lo demás puedo afirmar que soy feliz.
Y quién sabe, quizá pronto les dé una sorpresa llamada Matteo o Emilia... O ambos! Jajajaja! Y así ya esté a tono con Ana Laura!