miércoles, noviembre 08, 2006

Una noche extraña

Papá se enfermó de nuevo.
Estos días serán pesados emocionalmente, me siento atacada por todos lados... me da miedo caerme y no poder levantarme.
Me siento mal y no encuentro la solución para sentirme mejor... o quizá la tengo tan a la mano que tengo miedo de tomarla.
Quisiera huir de mi misma, correr hasta perderme, y no voltear, no preguntar, no acordarme, no pensar, sólo huir...
En la madrugada, mamá me despertó para llevar a papá al hospital. Me asusté e hice todo automáticamente. Me levanté, me cambié, tomé las llaves del coche y me trepé.
No sé cómo llegué al hospital, dejé mis lentes en el perióquido, y por ende no veía bien, y luego con sueño... pero llegué y me tiré en el primer lugar vacío que encontré. Intenté dormir, pero no, es imposible dormir en un lugar así, y más cuando se está con la preocupación.
Todo salió bien, papá ya se siente mejor y está en la casa... y ahorita que hablo con mamá dice que se fue a trabajar... genial! Qué tonto es que no te duele nada y sigues haciendo todo como si fuera normal no?
En fin, en la madrugada, a las 3.30 de la mañana, mientras esperaba, recibí un mensaje en mi celular que terminó en conversación.

Él: Te amo!
Yo: ¿Qué haces despierto a esta hora?

Él: ¿Qué haces tú despierta a esta hora?
Yo: Papá está enfermo.

Él: Qué tiene?
Yo: Aún no sé, no nos dicen nada, estamos en el hospital. Gracias por preguntar.

Él: Te adoro. Está bien? Puedo hablar con él?
Yo: Claro que no, está adentro y aún no sabemos nada.

Él: Tengo un seguro libre. Lo quieres?
Yo: (Con cara de no saber de qué habla) Cómo un seguro libre?

Él: Un seguro de gastos médicos mayores.
Yo: Gracias, pero no es necesario.

Él: Es que me asustas y me preocupas chiquita!
Yo: No te preocupes, todo está bien.

Él: Ok. Pero cualquier cosa, me marcas, no importa la hora.
Yo: Gracias.

Él: Te amo Ivonne. Me encantaría poder estar contigo, abrazarte y apoyarte en este momento.
Yo... yo ya no contesté.

Sin afán de volver a caer admito que me sorprendió. Me sorprendió que se preocupara, me sorprendió que me ofreciera el seguro, me sorprendió simplemente con los mensajes.
No quiero hipocresías... Me pregunto si mi corazón se está dando cuenta de esto... Sobre todo porque odio que me usen y me huele a eso.
Odio que me aduele e intente quedar bien, porque cuando las pruebas llegan, él es quien primero desaparece.
¿Cuánto de esa conversación es verdad? ¿Cuánto necedad? ¿Cuánto una realidad?

3 comentarios:

Bea_Tou dijo...

entonces habrá que esperar y ver cómo responde

te presto mis alas dormidas para uqe puedas volar por un rato y alejarte aunq sea un instante de todo, yo también las necesito pero comprendo que tú ahora más que yo

espero que se recupere pronto, ánimo

Franci dijo...

He pasado mi vida entre enfermidad de miles de persona, tios, abuelos, pero sobre todo de mi padre... por eso sè como te sientes... He escrito este comentario, asì, porquè me sentì muy cerca de ti en este momento.... puedo solo dejarte un abrazo... y un consejo... a veces las personas no dicen cosas solo para parecer interesadas... toma este consejo como lo de una persona que no conoce la situacion... Un abrazo desde Italia...

Anónimo dijo...

cómo va tu jefe...chale, creo que pregunto un poco tarde, pero conmigo sabes que sí cuentas siempre